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“Era
increíble creer que el hombre que teníamos en la estación era Garavito primero
porque se presentó con otra identidad como Bonifacio Liscano y segundo porque era
un hombre calmado y con un nivel de educación muy superior”
Fueron
muchos los años tras la pista de este asesino, debido a que eran pocas las huellas que el dejaba al
cometer los crímenes.
“nos
fuimos en busca de la verdadera
identidad de Bonifacio Liscano, para ese entonces Bonifacio era el
alcalde de un pueblo del Huila. Nos dimos cuenta que le había robado la cedula
y sacó una copia en Ipiales y fue en ese momento cuando Bonifacio nos dice que
el sí distinguía a Garavito, que vivieron toda la infancia en la misma casa y
nos comentó que él tenía una esposa en el pueblo. En ese momento vamos en busca de la señora y
respectivamente la encontramos hablamos con ella y nos comenta que él fue un
buen hombre con ella, pero que en los cuatro años que duraron juntos nunca tuvieron relaciones íntimas, y él me dejo a
guardar un maletín. El maletín contenía recortes donde aparecían algunas
víctimas que él había atacado”. Afirma pedro
La
investigación duro siete meses para poder darle captura al hombre.
“la
captura se llevó acabo el 28 de abril de 1999, estaba patrullando cuando me llamaron
que tenían a un detenido por abuso carnal violento, cuando yo llegue al barrio
la Coralina donde lo tenían. El niño del cual intento abusar, me dijo que él no
era que por el contrario él fue quien lo
ayudo”.
Era
un indigente que se percató de lo sucedido y empezó a tirarle piedras para defender al niño, y de esta forma
evito que fuera una víctima más de
Garavito, poco tiempo después lo arrestaron
debido a retratos hablados del niño, del indigente y de una niña que observo
parte de los hechos.
“Pero
como eso no eran pruebas suficientes para retenerlo me fui por hurto calificado
y actos abusivos y de esta forma fue
como pudimos proceder a la captura de
Luis Alfredo Garavito”
Ese
fue el último caso de ´la bestia´ que
favorablemente no pudo cometer y fue condenado a 40 años de cárcel.
Y
quien habla con el pronto se da cuenta
de la alegría que siente al haber
capturado a Garavito, y de devolverle al país la tranquilidad que le
había quitado este asesino en serie. Sus
ojos lo expresan, su voz lo asegura y
sus gestos lo demuestran.
“fue
un arduo proceso pero que al final valió la pena y sus resultados fueron muy
satisfactorios, junto a mis compañeros hicimos un gran trabajo y nos llenamos
de gozo”, dice Pedro Babativa.
En la actualidad lleva 13
años retirado de la policía, dedicado a sus dos hijas y con voz temblorosa y sus ojos empañados recuerda el motivo del
porque se retiró de su oficio.
“Fue por mi enfermedad y el
amor tan inmenso a mis hijas”.
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