En
la actualidad la sociedad está cubierta de infinidad de máscaras que quizás no muchos podemos percibir a
simple vista, y que a diario nos topamos con estas y sin darnos cuenta estamos
mentidos en un mundo donde todo es falsedad
e inseguridad al no
saber qué clase de personas tenemos al lado,
de que gente estamos rodeados. Y ante
toda esta situación muchas veces se nos viene
a la cabeza preguntas como ¿Qué clase de amigos tendré en realidad?,
¿podre confiar o no confiar en ellos?, ¿será que como se muestran son en
realidad? Y es ahí donde las dudas nos atacan y nos ponemos a pensar y en ocasiones nos preguntamos ¿si nosotros también hacemos parte de esta
falsedad y si seremos igual o peor que
ellos? Pero esta es una respuesta difícil de contestar porque podemos ver el
comportamiento de los demás, pero nunca el nuestro y tal vez no
muchos podamos responder esta pregunta todavía.
El hombre araña
El vestuario es de color rojo y azul con rayas
negras simulando telarañas, una araña negra en el centro y una araña roja en la
espalda lo cual le genera fuerza, rapidez y
reflejos proporcionales a una araña y un factor de curación limitado que le
permite sanar detrás de todo este disfraz o careta se esconde un genio y un
brillante científico.
Pero
este ambiente no solo se da en la actualidad es un caso que se viene dando
hace muchos años atrás, como es el caso
de “la historia de la monja alférez, doña Catalina de Erauso “.
“también
existieron en el mundo fronterizo de las indias mujeres rebeldes que lucharon
por la integridad de una parte de su
ser. La vida y sucesos de la monja alférez es sin lugar a duda uno de los casos
más interesantes de simulación barroca, porque con el disfraz llegó el
escándalo y una teatralidad imposible de
soportar. La confesión de Catalina de Erauso
ejecuta ese doble movimiento propio de una vida en confusión y dispersión: el de huida de si, y el de
buscar algo que le sostenga y aclare”.
Así lo señala Ana maría Zambrano.
Como nos damos cuenta Catalina Erauso, estaba
en marcada por el disfraz de varón, entre sus
muchos disfraces que ella
utilizó, como también fue el hábito de monja le sucede el disfraz de varón, el
primer oficio de paje un nuevo nombre en España, entre sus múltiples nombres de
hombre que utilizó. Y todo esto por ese deseo irrefrenable “andar y ver mundo”,
de tomar distancia donde negar un origen y convertir el disfraz en autentica
identidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario